lunes, 20 de julio de 2009

Boxeo

Bailas, te atrapan, sales, entras, golpeas, sientes el miedo, percibes el suyo, esquivas, gancho bajo, sales, entras, encajas, dolor, rabia, sudor, amagas, oyes, piensas, pegas, pegas, encajas, aprietas los dientes, otra vez al rincón, te dan agua, te arreglan las marcas, oyes voces y asientes, vuelves a salir, encajas, te cubres, cuidas el hígado, evitas el bazo, te alcanza, lo pillas descubierto, directo al mentón... dolor de cabeza, más agua, intentas adaptarte a la almohada, satisfecho por la victoria a los puntos pero con esa incertidumbre al pensar cómo acabará, porque acabará, porque no puedes derrotar al tiempo ni noquear al mundo. Porque ellos se irán y tú te quedarás encajando y pegando con la vida, cayendo en la dura lona de la realidad. Cierras los ojos, sueñas que eres el mejor, imaginas los días de gloria con ella a tu lado -¿dónde estará?-.
Queda tu coraje, agárrate ahí.